MIRADAS AL PASADO EN ZARAGOZA
Autor: José Garrido Palacios
Dibujos: José Arguedas
Edita: Geodesma, s.l.
Las “miradas al pasado” son evocaciones de hitos de Zaragoza que han desaparecido o se han transformado, y son recuerdos de su historia. Esto es precisamente lo que se pretende con este trabajo, el conocimiento del pasado bimilenario de Zaragoza a través de edificios, actividades y personajes que han dejado huella en el transcurso de los siglos y que la población recuerda con nostalgia.
En el libro encontramos Miradas a la Cultura, con las 12 puertas de entrada a Zaragoza por las murallas romana y medieval, los arcos, puentes, la barca del “Tío Toni”, la pasarela, la Torre Nueva, la antigua Universidad, la Casa de la Infanta…, y así una vasta relación de obras relevantes de nuestro pasado que han desaparecido.
En la Mirada a la Industria zaragozana debemos tener en cuenta las primeras que se establecieron e impulsaron a las demás, como las productoras de gas y electricidad, en la segunda mitad del siglo XIX, las metalúrgicas de Averly, Carde y Escoriaza, y Maquinista y Fundiciones del Ebro, azucareras, harineras, de chocolates, pastas y cervezas, así como los mercados. Todas ellas explican la evolución industrial de Zaragoza y buena parte de la historia de la ciudad.
El sector servicios ocupa el último gran bloque de esta obra, con las cinco estaciones de ferrocarril, los añorados tranvías y la evolución del automóvil, el taxi y la Vespa. Lo más entrañable y humano está relacionado con el teatro, el cine, la hostelería y los personajes populares de Zaragoza. El abanico del espectáculo es muy amplio, desde el primer Teatro de Comedias hasta el Principal, con citas del Pignatelli, Circo, Iris y Fleta. Igualmente la magia del cine nos introduce por las salas del Coyne, Victoria, Dorado, Alhambra, Elíseos y otros, con el fin de soñar con otros planetas y con los actores preferidos.
Los populares cafés son recordados como referentes de tertulias, encuentros, diversiones y juegos. Entre ellos están los de Ambos Mundos, Gambrinus, Salduba, Royalty, Las Vegas, Espumosos, Levante, etcétera. Todo esto aderezado con posadas, casas de comidas, el Salón Oasis y una leve atención a personajes como El Rana, El Baulero y Peter Díz. La obra concluye con la descripción de servicios sanitarios y religiosos que han dejado su impronta en la urbe, como el Hospital de Nuestra Señora de Gracia y el Monasterio de Santa Engracia.
La nómina de edificios, puertas, puentes, industrias, teatros, cines, cafés…, es un conjunto de miradas al pasado, miradas de nostalgia, de recuerdos, de sueños…; son hitos que han dejado su impronta en la ciudad y en la historia de los ciudadanos; son vestigios que perduran en la memoria, acompañados de bellos dibujos.
Zaragoza, noviembre de 2008
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