La compañía Inconstantes Teatro inicia este fin de semana una nueva gira por varios municipios de la Red Aragonesa de Espacios Escénicos (RAEE) con la obra “La lluvia amarilla”, versión teatral de la célebre novela homónima de Julio Llamazares. Caspe, Utebo y La Puebla de Alfindén asistirán desde el viernes al domingo a las representaciones de este relato, en forma de monólogo, sobre la despoblación rural y cuya historia está ubicada en un pueblo del Pirineo de Huesca.
Actuaciones:
30/1/2009 (viernes) – Caspe – 22 horas – Teatro Goya – La compañía Inconstantes Teatro presenta la obra “La lluvia amarilla”. Público joven/adulto.
31/1/2009 (sábado) – Utebo – 20 horas – Teatro Miguel Fleta – La compañía Inconstantes Teatro presenta la obra “La lluvia amarilla”. Público joven/adulto.
01/2/2009 (domingo) – La Puebla de Alfindén – 19 horas – Sala Miguel Fleta – La compañía Inconstantes Teatro presenta la obra “La lluvia amarilla”. Público joven/adulto.
Inconstantes Teatro inicia una nueva gira por la RAEE con su adaptación de la célebre novela “La lluvia amarilla"
Este montaje, que se estrenó en el Festival Periferias de Huesca en 2007, ofrece una brillante adaptación teatral de la novela del escritor leonés y pone en escena el monólogo del último habitante de Ainielle, un pueblo del Pirineo aragonés, que poco a poco ha sido abandonado hasta caer en la más absoluta soledad.
Esta emocionante obra cuenta con la dirección de Emilio del Valle, con la interpretación del actor Chema de Miguel y con el músico Francisco Lumbreras, especialista en didgeridoo y canto difónico, como instrumentos para construir la triste crónica de un mundo que desaparece. Esta obra ya realizó en 2008 una gira por varios municipios de la RAEE, concretamente de la provincia de Huesca, y obtuvo un gran reconocimiento de crítica y público.
LA MEMORIA Y EL OLVIDO
“La lluvia amarilla”, cuenta el paso fulminante de la película de los últimos diez años de la vida de Andrés, concretamente los años que transcurren entre el suicidio de su esposa y el momento en el que la vida le abandona. Con su muerte desaparece el último habitante de Ainielle. El autor nos avisa: "Ainielle existe. En el año 1970 quedó completamente abandonado..."
En “La lluvia amarilla” pareciera que la naturaleza, en su ciclo eterno, destruye al hombre y no al revés. Ainielle se convierte en el personaje de la novela, por encima de Andrés, o del resto de vecinos o familiares que van surgiendo de su memoria a lo largo del monólogo.
De manera premeditada, marca una ambigüedad entre realidad y ficción, y obliga al espectador a crear un espacio de entendimiento basado en la verdad teatral y emocional. Con el viaje final de Andrés se reflexiona sobre la memoria y el olvido, la voluntad, el tiempo, la naturaleza, la identidad y el abandono, del hombre y del mundo rural, cuyo éxodo en los años cincuenta desertizó muchos paisajes rurales hoy irreconocibles.
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