LA PULGA DEL CIELO HM-16
Este revolucionario aeroplano fue diseñado por Henry Mignet en un intento de popularizar la aviación en los años 30. Se trataba de un original diseño de construcción casera, con dos planos en tándem, uno móvil y el otro fijo sin alerones ni timón de profundidad, ya que esta función era suplida por el ala pivotante que junto con el timón de dirección constituían, aparte del mando de gases, los dos únicos controles del avión. Ambos eran accionados por la palanca de mando, quedando por tanto eliminados los pedales de dirección. Hoy en día algunos aviones experimentales se valen de estos principios.
Su motorización era igualmente de las más básicas, venían de fábrica con un motor Aubier/Dunne de 17 HP de potencia, con el que lograba alcanzar una velocidad máxima de 100 K/h., la de crucero optima era de 80 K/h., tenía una envergadura de 6 metros y una longitud de 3,50 metros, su techo máximo ascendía a 1.800 metros y realizó su primer vuelo en el mes de Septiembre de1933.
El diseñador publicó un manual de construcción con el eslogan de “si puedes clavar las tablas de un cajón, puedes hacerte un avión” que animó a muchos aficionados a construir cientos de “Pulgas”, pero este mismo éxito ocasionó su fracaso, ya que muchos aficionados sin experiencia ni conocimientos técnicos emprendieron con exceso de alegría una labor que debió tomarse más en serio, produciéndose muchos accidentes debidos a la mala construcción, defectos de ajustes o por ser pilotados por entusiastas sin conocimientos en la materia.
Su peculiar aerodinámica, su segunda ala “canard” pivotante lo hace casi imposible de entrar en pérdida, imposibilitaba en las primeras versiones una perfecta recuperación de los picados. Más adelante esto se corrigió, pero los numerosos accidentes y el inicio de la Segunda Guerra Mundial ocasionó que este revolucionario modelo no alcanzase el éxito esperado.
Parece ser, que en 1935, llegó a Barcelona un embalaje con una de esta unidades, pero dada la época tan turbulenta en que se encontraba España, prácticamente no dio tiempo a que lo montaran y menos aún a ponerlo a pruebas, por ello toda la paquetería quedó en algún sótano bien escondida, tanto es así que no fue dada a conocer su existencia hasta el año 1985. Es a partir de entonces cuando proceden a montarlo y ha quedado de exposición en la terminal del puente aéreo del Aeropuerto de Barcelona desde el año 1995.
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