SANTANDER – MEJICO
Como se suele decir, “de raza le viene al galgo”, pues si, en este breve relato quiero hablar de D. Juan Ignacio Pombo y Alonso Pesquera, hijo de D. Juan Pombo Ibarra, uno de los padres de la aviación española, que realizó el primer vuelo Santander-Madrid allá por 1913. Nos situamos ahora en el año 1935, el benjamín de la familia Pombo proyecta realizar el vuelo Santander-Méjico, a pesar de provenir de una familia acomodada, su patrimonio en aquel momento no llegaba como para sufragar los gastos de la logística propia de un evento de esta naturaleza y la adquisición de la avioneta deportiva British Aircraft modelo Eagle 2. Además de la participación económica de la familia, recibió otra de la Diputación Provincial de Santander, otra del Gobierno de la República, e innumerables aportaciones de particulares, entre ellas parte de la fortuna del médico odontólogo Ignacio Romero Raizabal. Además la empresa Sola Refining Company se comprometió de manera totalmente gratuita a proveer la gasolina y aceites lubricantes necesarios.
Con una ilusión sin límites, este joven de 21 años se decide a dar el gran salto, Santander—Méjico en un vuelo por etapas de 15.300 kilómetros y unas 75 horas de duración aproximadamente, a pesar de que tan solo habían transcurridos dos años desde el desafortunado vuelo del “Cuatro Vientos”, recibe su flamante avioneta a la que bautiza con el nombre de “Santander”, se trataba de un monoplano con cabina cerrada, provista de un motor Gipsy Major de 4 cilindros y 130 hp, con ala baja cantilever, construida en madera contrachapada, tren de aterrizaje retráctil, en la que se llevaron a cabo las modificaciones necesarias para realizar el salto del Atlántico, se le instaló un depósito de combustible con capacidad para 694 litros que le permitía una autonomía teórica de 13.800 kilómetros, le fue sustituida la hélice de madera por otra metálica y para una mejor visual fue modificado el cuadro de instrumentos Su viaje desde Londres a Santander fue su prueba de fuego, comprobaron que todas las modificaciones estaban correctas y que su funcionamiento como dicen en la aviación estaba O.K.
Inician el “gran vuelo”, el 12 de Mayo de 1935 Sale del aeropuerto “La Albericia” en Santander con dirección a Madrid “Cuatro Vientos” pero debido a una gran acumulación de nubes tiene que volver a base, lo reinicia al día siguiente, llega a Madrid y el 14/05 parte hacia Sevilla y llega a “Tablada”.
El 16/05 realiza el vuelo Sevilla a Villa Cisneros, pero una vez en el aire se tiene que enfrentar a varias tormentas que le obligan a tomar tierra en Casablanca, llegando a Villa Cisneros al día siguiente donde fue recibido y aclamado por los nativos. Parte de aquí y pasa por San Luis de Senegal tomando tierra en Bathurst.
20/05/1935, es el día de la “gran prueba” tanto para el piloto como para el avión, todo a punto y da inicio a la etapa en la cual atravesaría el Atlántico, ya iba rumbo a “las américas”, pero todo no era felicidad, los problemas existen, y a nuestro amigo Juan Ignacio Pombo también le llegan en forma de grandes tormentas, logra sortear sus efectos, mantiene el vuelo y lo más importante gracias a Dios no perdió el rumbo, cosa que descubrió al divisar las costas americanas, me imagino a nuestro buen piloto recordando a un tal “Gitanillo de Triana” cuando en 1492 gritó aquello de “Tierra, Tierra”. Esa fecha le tenía reservada otra sorpresa, cuando intenta aterrizar en Natal, el tren de aterrizaje no se desplegaba, tiene que realizar varias maniobras bruscas de alabeo hasta que logra soltarlo y aterrizar felizmente.
Emocionado por tratarse del último ciclo de etapas Natal—Méjico inicia el vuelo pero debido a un fallo en el sistema de alimentación de combustible tiene que efectuar un aterrizaje de emergencia en Camoncin, una vez reparada la avería reinicia el vuelo, pero ya sabemos que la prisa es mala consejera, no lleva a cabo la revisión del punto de despegue y colisiona contra una valla quedando la avioneta inutilizada. Al llegar la noticia a la colonia española le ofrecen realizar una cuestación y recaudar fondos para otra avioneta y finalizar el viaje, pero él no acepta esta posibilidad, él quería a toda costa ultimar el trayecto con “su Santander”. Ante la repercusión mediática de este evento, Sola Refining Company (que le suministraba combustible y lubricantes) le envía un equipo de técnicos y el material necesario que proceden a la reparación de la avioneta, estos trabajos no fueron cosa de un día ya que hasta el 10 de Julio no estuvo lista para continuar la travesía.
Comienza el último ciclo, y el 10/07 llega a Paramaribo y el día 12/07 despegó rumbo a Puerto España, aquí se producen unas fuertes tormentas que inundan totalmente la zona aeroportuaria y tiene que permanecer otros dos días en el dique seco hasta que las instalaciones quedan abiertas y habilitadas para el vuelo. El día 15 de Julio comienza otras etapas en las que llega a Maracaibo, Barranquilla y a Bogotá el día 2 de Agosto.
Cuando ya vislumbraba mentalmente la ansiada “Meta”, se pone de nuevo a los mandos de su Santander el día 3 de Agosto vuela a Panamá y el día 4 lo hace a Costa Rica, pero la “diosa fortuna” aún le tenía reservada otra sorpresa, durante este vuelo comienza a sentir malestar, aterriza de urgencia y es trasladado a un centro hospitalario e intervenido de apendicitis, permanece recuperándose de esta operación quirúrgica hasta el 9 de Septiembre, el día 10 llega a Guatemala y el 13 a Veracruz aterrizando el 16/09/1935 en el aeropuerto de Balbuena en Méjico DF, donde es recibido tanto por la colonia hispana como por los nativos como lo que fue, un héroe.
Embarca con su Santander y llega a su ciudad natal en Noviembre, si grande fue su recibimiento en Méjico, apoteósico fue su llegada a la capitalidad cántabra, fue en su momento y lo es en la actualidad un personaje ilustre de Cantabria.
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