CURTISS—BLEEKER
Antes de nada nos tendríamos que preguntar de que tipo de aparato estamos tratando, yo diría sin temor a dudas que de un helicóptero, claro está su puesta de largo fue a finales de la década de 1920 momento en el cual la tecnología de este tipo de aeronaves estaba aún “en pañales”.
Mas parecía una atracción de feria que lo que se pretendía, contaba con unas enormes aspas que bien parecían velas cuyo rotor era movido por un motor Prat and Whitney de 420 cv, que hubiera podido dar vida a un gigantesco helicóptero, no obstante algo tuvieron que vislumbrar en este aparato para que la sociedad Curtiss—Wright financiara la construcción de este diseño obra el ingeniero Maitland Bleeker.
Corría el año 1929, en norteamérica, donde la bonanza podría existir en cualquier campo menos en el económico, esto unido a los inconvenientes que surgieron para que este modelo funcionara adecuadamente, que tan solo logró dar algunos saltos feneciendo en uno de ellos, que parece ser fue lo mejor que le pudo haber ocurrido, al menos este proyecto no costó vidas humanas, muy caro y sin probabilidades de futuro llevó a sus promotores al archivo del invento, sin que del mismo se hayan tenido otras noticias.
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