Hace unos días, publicábamos un post en el que nos referíamos al VOYAGER, hablábamos de las ideas revolucionarias y originalidades del ingeniero aeronáutico Elbert R. Rutan, familiarmente conocido como Burt Rutan, fundador de la compañía de aviación Beech Aircraft Corporation, que además de lanzar unos productos totalmente innovadores no tan solo en sus diseños sino también en los materiales usados para la construcción de aviones, tales como resinas sintéticas reforzadas con fibras de carbono, u otros recientemente desarrollados como aleaciones de litio y aluminio para sustituir el acero, con el objetivo final de aliviar peso a las aeronaves, con lo que se logra que el consumo de combustible por asiento cada 100 kilómetros quede reducido a la mitad.
La disminución de un kilogramo de peso en la aviación supone un ahorro medio de carburante al año de 120 litros, mayor colaboración al medio ambiente parece imposible.
En lo referente a la seguridad, cuestión TOP en el mundo de la aviación, los productos químicos son capaces de sofocar instantáneamente un eventual incendio de los motores y todos los reactores poseen sistemas automáticos de extinción basados en ellos.
Tras esta presentación preliminar hoy os quiero mostrar un producto tecnológicamente avanzado y revolucionario lo miremos por donde queramos, se trata del denominado avión de ejecutivos STARSHIP.
A finales de los años setentas, Beechcraft determinó la sustitución de su avión King Air y puso en marcha su máquina de ingenios que les llevó a la aparición del STARSHIP, como hemos dicho antes, el uso de esta aeronave está dirigido a un segmento de viajeros muy particular como son los grandes ejecutivos, tiene una capacidad para seis u ocho personas, su coste de desarrollo alcanzó los 300 millones de dólares y efectuó su vuelo inaugural el 15 de Febrero de 1986.
Podríamos definir este avión como revolucionario, está construido con un compuesto de células de grafito, utilizando materiales de alta tecnología como sustitutos del aluminio, método muy utilizado en la aviación militar, todo ello con el objetivo de reducir el peso de la aeronave.
Está motorizado con dos turbohélices de última generación ubicados en la parte posterior de sus alas que además están ubicadas en su tercio final, esto hace posible que sus vuelos sean más relajados pues reduce ruidos y vibraciones, con alerones y flaps frontales, se han llegado a construir 53 unidades que debido a su alto precio (en torno a los 3,9 millones de dólares) no han tenido un resultado comercial interesante.
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