jueves, octubre 09, 2008

La RAI felicita a su académico Joan Margarit por el Premio Nacional de Poesía


Margarit es el mejor ejemplo de la faceta humanista que cultivan con sincero interés muchos ingenieros

· Arquitecto y catedrático emérito de Cálculo de Estructuras en la Escuela Superior de Arquitectura, es académico de la RAI desde 2003

“Mucha es la satisfacción que sentimos los académicos de esta Real Academia de Ingeniería: Joan Margarit se ha hecho acreedor a esta importante distinción, y que la reciba nos alegra”, ha declarado el Presidente de la RAI, Aníbal R. Figueiras, tras conocerse la concesión del Premio Nacional de Poesía al poeta catalán Joan Margarit, arquitecto y académico de esta corporación desde 2003. “Pero también nos felicitamos -añade- porque se hace así evidente lo que debería serlo por sí mismo: no hay más fronteras entre la creación artística y la técnica que el tipo de resultado que se alcanza”.

El profesor Margarit ha comentado en alguna ocasión que haber sido profesor de Cálculo de Estructuras en la Escuela de Arquitectura de Barcelona le ha ayudado a acceder al orden y a la claridad que necesitaba para sus poemas. “Y la dedicación a la arquitectura y a la lírica no imposibilita la excelencia en ambas”, dice el Presidente de la Real Academia de Ingeniería.

Como arquitecto, Margarit ha trabajado en la cúpula del Pabellón Polideportivo Fernando Buesa, en Vitoria; el Estadio y Anillo Olímpico de Montjüic; el Museo de la Ciencia y de la Técnica de Catalunya, en Terrasa; el refuerzo del Monumento a Colón en Barcelona, el Estadio del Real Oviedo así como el Proyecto y Dirección del Templo de la Sagrada Familia de Gaudí.

En su última intervención en la Real Academia de Ingeniería, en un acto conmemorativo de la Era Espacial, Margarit nos deleitó con un exquisito recital poético con el Universo como hilo conductor:



MIRANDO LAS ESTRELLAS

Viene desde un confuso pasado imaginario
construido con el polvo de brillantes moléculas
en los sanguíneos deltas del cerebro.
La mente es el camino hacia la muerte.
Mostrándoselo al ángel, le diría
que la pequeña llama de una vela
hace aún más enorme la sombra de la estancia,
o de la casa, o del desierto, el bosque,
o lo que sea el sitio helado y grande
que intento imaginarme hospitalario.

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