Albert Ball, nació en la localidad de Notthingham (G.B.) el día 14 de Agosto de 1896, en un principio orientó sus pretensiones profesionales hacia el mundo de la ingeniería, pero al declararse la 1ª G.M. ingresó en el ejército británico, primero en el Escuadrón “Sherwood Forresters” y después en la “Royal Flying Corps” (aún no estaba creada la RAF, donde prestó sus servicios en una unidad de observación antiaérea donde logra el derribo de tres aviones alemanes, al destacar sus aptitudes de habilidad y temperamento pasaron a asignarle un avión de reconocimiento para posteriormente pasar a pilotar aviones de combate del tipo Nieuport de un solo navegante, considerado como uno de le mejores aviones de caza de la época (1916) que entre otras tenía la capacidad de volar hasta los 10.000 metros de altura en tan solo diez minutos y todo ello con una facilidad de manejo sorprendente.
Avión Nieuport
Le podríamos definir como un caballero solitario en el aire, quizás por su pericia en el vuelo solían asignarle y él aceptaba de muy buen grado las misiones más peligrosas, gustaba de dejarse ver de sus enemigos para efectuar una rápida rectificación de su vuelo y colocarse a cola del que momentos antes era su perseguidor y abrir fuego en el preciso instante en que iniciaba su maniobra para alejarse, así alcanzaba siempre el punto débil de sus contrincantes. Otra de sus maniobras preferidas consistía en el ataque frontal, teniendo el temple suficiente para obligar a sus enemigos a ser ellos los que desviaban su trayectoria de vuelo en cuyo momento lograba un blanco vulnerable. Cambió de unidad y le fue asignado otro Nieuport reformado y dotado de una ametralladora Lewis ubicada en el ala superior cuyos disparos estaban libres del obstáculo que suponían las hélices a la vez que los deslumbramientos propios del fuego en jornadas de poca luz no afectaban a los pilotos de esta aeronaves. En el combate tenía una sola opción, derribar o ser derribado, amaba a su patria por la que estaba dispuesto a llegar hasta sus últimas consecuencias y consideraba totalmente justa la guerra que mantenía contra Alemania.
Con apenas 20 años de edad ya contaba en su haber con 31 victorias aéreas y gozaba de una reputación envidiable tanto en el mundillo militar como entre la población en general, era adorado por el público británico, fue condecorado por el mismo Rey Jorge V con la Orden de los Servicios Distinguidos. Era un personaje tan apreciado que su pérdida hubiese tenido un profundo pesar en la sociedad británica, por lo que le ofrecieron labores de entrenamiento a los nuevos pilotos, cuestión a lo que se negó continuando en la primera línea de los combates. En 1917 le ofrecen precisamente a él que fuera el primer piloto en volar en el nuevo avión S.E.5, prefiriendo su Nieuport. Podríamos decir de él que era una persona con sus propias peculiaridades, aficionado a la jardinería y a la música clásica, amante en especial de un instrumento, el violín, su autor preferido Schubert y la composición preferida “La melodía sin fin”, siempre sonriente, tímido en su trato con las personas y profundamente piadoso, los elogios le producían cierta repugnancia, mientras volaba gustaba de sentir el aire en su cara y no utilizaba gafas ni otras protecciones.
No faltan hazañas que contar en el historial de este personaje, en una ocasión entabló lucha sin cuartel contra dos Albatros alemanes, dada su maestría acobardó a sus enemigos que huyeron hacia su base, tan mal se sintió por este desaire que sobrevoló las líneas enemigas y les lanzó un mensaje cintándolos para un nuevo combate al día siguiente y a la misma hora, así ocurrió pero estos en vez de acudir a la cita en la proporción de 1 a 2, lo hicieron de 1 a 5, a pesar de esta trampa no rehusó el combate pero las dificultades para Ball eran tantas que tuvo que simular un picado y efectuar un aterrizaje forzoso, se escondió tras el asiento de su Nieuport y cuando los dos pilotos alemanes se encontraban en las inmediaciones de su avión con la pretensión de hacerle prisionero mientras los otros tres sobrevolaban la zona, encendió su aparato y salió huyendo de la zona. En otra ocasión se enfrentó a otro diestro piloto, la pelea fue intensa pero la habilidad de ambos era tan lograda que agotaron ambos su artillería sin apenas causarse daño, terminaron el combate con un marcial saludo entre los dos retirándose cada uno a su base. En la tarde del día 7 de Mayo de 1917 en la dura batalla de Arras que tuvo lugar en los cielos de las poblaciones de Cambrai y Doai, Ball se encontraba al mando de una escuadrilla que entabló combate con un grupo de Albatros alemanes, al caer la noche se dirigieron a sus bases respectivas pero nuestro amigo persistió en el seguimiento de un enemigo, logró su victoria numero 44, al pasar por las inmediaciones de la torre de la iglesia de Anoeullín como tenía por costumbre, una batería antiaérea que habían instalado los alemanes en las inmediaciones de esta edificación le alcanzó y le derribaron. Albert Ball fue condecorado a título póstumo con la “Victoria Cross”.
Condecoración Victoria Cross
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