A la finalización de la I G.M., Alemania se encontraba en sus horas más bajas en tanto que Antony Fokker se había consumado como un próspero industrial con unas abultadas cuentas corrientes cuyo origen había sido la fabricación de aviones en muy buena parte destinados a usos militares. A pesar de su extraordinaria situación económica, no se encontraba a salvo de la peligrosa “guardia revolucionaria” alemana que en el periodo de entreguerras no dudaba en amenazar a todos aquellos industriales que se negaran a entregar la fortuna propia para “su causa”. Ante una situación tan difícil como la anteriormente descrita y que como consecuencia del Tratado de Versalles, Alemania tenía controlada la industria aeronáutica, Fookker en la oscuridad de una noche cualquiera emprendió la marcha a su Holanda natal, donde continuó con su actividad como constructor de aviones, máxime con la gran experiencia adquirida durante el primer conflicto bélico mundial, procediendo así a la fabricación de lo que fueron los aviones comerciales de los años 20 y 30.
En los albores de 1919 Antony Fokker con su jefe de diseño Reinhold Platz, basándose en los principios de los aviones “caza” comenzaron la construcción de la serie F (I-II-III-IV-V-VII). El primer diseño fue modificado y mejorado hasta llegar a los IV y V que fueron los aparatos de muestra. Nos encontramos en 1923 y con las aportaciones finales del ingeniero Walther Rettel se llegó al avión definitivo cuyas cinco primeras unidades aparecieron en 1924.
Básicamente estos aviones configurados para aerolíneas de viajeros, de 6 pasajeros y motorizado con un Rolls-Royce modelo Eagle. Antes de iniciarse su fabricación en serie se llevan a cabo una de sus últimas modificaciones, se instalan 8 asientos, la superficie alar es reducida y su motorización es cambiada por otra mas potente de las marcas Bristol o Gnome-Rhone modelo Jùpiter, lo que les permite mayor velocidad/carga y consecuentemente mayor autonomía, con este avión se llega al modelo F-VII A que es considerado el primer aparato dedicado en exclusiva al transporte de viajeros y equipajes.
En el mes de marzo de 1925, debido al gran interés mostrado por las operadoras norteamericanas dedicadas al transporte aéreo, se llega a lo que podríamos definir como el “broche definitivo”, se construye el primer prototipo con motor Liberty de fabricación USA y además se llega la variante trimotor.
Antony Fokker deseaba competir en la edición de 1925 de la Ford Reliability Trial, motivo por el cual construyó otro aparato que dotó de tres motores Wright Whilwind J-4. Además para atender pedidos de la operadora KLM le construye aviones trimotores para diez pasajeros capaces de realizar parte del vuelo con un motor parado. Por su buen hacer y fiabilidad, uno de estos aparatos fue utilizado en mayo de 1926 por el Comandante Richard E. Byrd para la expedición científica al Polo Norte “Josephine Ford”, a ese avión se le dotó de un tren de aterrizaje con esquíes.
Debido a la gran aceptación de estos modelos finales, las factorías de Holanda y de Estados Unidos eran incapaces de atender la cartera de pedidos, por lo que concedieron su construcción bajo licencia en Bélgica, Italia, Polonia y Reino Unido.
Entre otros records, en 1927 con el avión denominado “América” llevaron a cabo un vuelo trasatlántico. El piloto Charles Kingsford Smith realizó un vuelo transpacífico en el modelo bautizado como Southem Cross (modelos intermedios entre las versiones F-VII A-3m y F-VII B-3m) con mas superficie alar que le capacitaba para un mayor peso de transporte, así llegaron al modelo que fue calificado como el avión civil mas importante del periodo de entreguerras, extendiéndose su fabricación además de a los países antes mencionados a Francia y Checoslovaquia. Las principales líneas aéreas de toda Europa volaban con esta serie final.
Ante las buenas prestaciones de este aparato la factoría Avia de Checoslovaquia construyó un modelo militar como avión de transporte y bombardero. Apresuradamente, 21 de estos ejemplares fueron habilitados como bombarderos, instalándoles unos toscos portabombas en los laterales, estos aparatos fueron utilizados por ambos bandos en la guerra civil española.
Con más de 150 unidades construidas, el F-VII fue considerado como el avión de mayor éxito de la familia Fokker.
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