Por Greciano
Hoy hablaremos del impulsor de la aviación militar y civil en Uruguay.
Nació en Montevideo el día 16 de Noviembre de 1887, nos encontramos en 1907 cuando accede a la carrera militar obteniendo en 1911 el grado de Alférez de Artillería pasando a prestar sus servicios en la guarnición de Montevideo y es a partir de 1913 cuando decanta su afición al reciénnacido mundo aeronáutico.
Se convoca el primer curso de aeronáutica al que asisten diez oficiales, entre ellos nuestro amigo Berisso, siendo el director e instructor de vuelo el ciudadano francés Marcel Paillette. Las primeras lecciones de vuelos las reciben en un avión biplano Farman, que más que una aeronave parece una gran cometa de tela y madera con múltiples alambres, arriostramientos, cuerdas y palancas, todo ello propulsado por un motor rotativo más ruidoso que efectivo y a pesar de todo ello volaba. Con este aparato el 22 de Junio de 1913 realizaría Berisso en solitario el primer vuelo en Uruguay que duró una hora y cuarenta y cinco minutos.
A la finalización de este curso aún no existía infraestructura aérea, momento en el cual Berisso decide tomar la iniciativa y lleva a cabo múltiples gestiones entre todos los estamentos gubernamentales y privados logrando resultados positivos y recibe una beca para realizar un curso en 1915 en la Escuela de Aviación Militar “El Palomar” de Buenos Aires (Argentina), obteniendo los títulos de Piloto de Aviación Civil y Militar además de lograr un espectacular triunfo en el Raid Aéreo Buenos Aires—Mendoza en Julio de 1916 pilotando un avión monoplano Castaibert, podríamos decir que este triunfo fue imprevisto al tratarse de una prueba internacional en el que participaron numerosos aviadores argentinos y chilenos que ya contaban con una acentuada formación como aviadores.
Además de estar considerado con un buen piloto también era un buen aeronauta, realizaba frecuentes viajes en globo, en uno de ellos cruzó el Rio de la Plata y hace la travesía Buenos Aires y la Sierra de Mal Abrigo en San José.
El 20 de Noviembre de 1916 se crea la Escuela Militar de Aviación de Uruguay en la que nuestro amigo forma parte del cuadro de profesores, utilizan en primera instancia aviones muy rudimentarios sin cabinas, parabrisas y apenas instrumentos. Sus alumnos logran la titulación para el vuelo en 1918, para dar mayor impulso a la Escuela es comisionado a Estados Unidos donde realiza varios cursos en escuelas de aviación en San Diego (California) y Houston (Tejas), adquiriendo una excelente formación como piloto consiguiendo el reconocimiento del exigente General William Mitchell, creador de la “Doctrina del Poder Aéreo”, consiguiendo así los certificados de “Experto Aviador” y “Piloto de Globos Aerostáticos”, finalizadas estas comisiones y antes de regresar a Uruguay pasar por Brasil donde es invitado a la inauguración de la Escuela Militar Aérea de Dos Afonsos y consigue que cuatro de sus alumnos formen parte del primer curso de esta escuela que llevan a establecer unos fuertes lazos en materia de navegación aérea entre estos dos países, por aquel entonces ya ostentaba el empleo de Capitán.
Hacia 1920 llegan malos tiempos para la Escuela Militar nuevamente lleva a cabo intensas gestiones consiguiendo por suscripción popular fondos para la adquisición de un nuevo avión, en este caso se trata de un Ansaldo SVA-10. Dos años mas tarde alcanza el empleo de Mayor, continua de director de la Escuela hasta 1931 en que llega a Teniente Coronel, durante su Jefatura imprime a esta institución un carácter y categoría de alto estandar, logrando sus alumnos metas realmente trascendentes.
Previamente en 1925 participa en el Raid Montevideo-Asunsión-Rosario-Santa Fé-Mendoza, que desdichadamente no puede finalizar por falta de potencia del avión que pilotaba un Breguet 14, a pesar de todo realiza 4.500 kilómetros empleando en ello 32 horas de vuelo. Con sus logros introduce a Uruguay en el mapa internacional de la aviación y prepara un vuelo entre Montevideo y New York si bien solo lo pudo llevar a cabo al 50 % ya que por avería del aparato tuvo que efectuar un aterrizaje de emergencia en plena selva colombiana.
En 1935 ostentando ya el empleo de Coronel realizaría una nueva hazaña a bordo de un avion Potez 25 trasladándose desde Montevideo a Lima con motivo de la celebración del 400 aniversario de la fundación de esta ciudad. Pese a ser un hombre eminentemente aviador y militar cuenta en su historial con al menos 16 libros de materias profesionales que tuvieron una importancia vital en la organización de la Aeronáutica Militar de Uruguay. Pasó a desempeñar el cometido de Inspector del Arma Aeronáutica y es ascendido a General, adquiere un nuevo impulso la Jefatura Aeronáutica y el gobierno compra nuevas unidades de aviones monomotores y bimotores que dan un plus de valía a los aviadores uruguayos dando crédito de todo ello en el exterior.
Como reconocimiento hacia su persona, el aeropuerto internacional de Carrasco, tiene el nombre de General Cesáreo L. Berisso.
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