A los amigos de Aragón Liberal le sonará de algo un comentario sobre los “navegadores”, pues si, el día 22 de Agosto de 2.008, se publicó una noticia titulada “NAVEGADORES: ÚTILES BIEN USADOS”. Hoy volvemos sobre la misma cuestión, viendo otras perspectivas sobre estos aparatos.
Los navegadores (que se continúan vendiendo muy bien), y que ya vienen de serie en muchos vehículos nuevos, pueden ser muy útiles en viajes como los que hacemos en época de vacaciones, sobre todo si utilizamos rutas que nos son desconocidas, pero OJO, también tienen sus riesgos.
Este pequeño aparato, que determina la posición del coche mediante satélites sobre un mapa digital, nos guía en las carreteras desconocidas y va avisándonos de qué desvió debemos tomar, de rutas alternativas, de cómo llegar hasta el hotel o el apartamento alquilado, la gasolinera más próxima, la playa que buscamos y otras cuestiones que no vienen al caso inventariar.
Y claro está, todo eso se traduce en cierta seguridad, en una conducción más tranquila y evita maniobras bruscas por una salida de autopista o carretera vista a última hora.
Pero también, mal utilizados, tiene sus peligros. Poner demasiada atención a la pantalla, distrayéndola del tráfico, o tratar de reprogramar la ruta en marcha, retirando la mirada de la carretera por un tiempo, siempre demasiado largo, pueden llevar a un accidente o, en el mejor de los casos, a un susto importante.
Además, a veces la voz que nos orienta puede ir con cierto retraso y eso puede llevar a ciertos despistes, por ejemplo, cuando entramos en una glorieta y la información de por qué salida ir nos la da en el último momento.
Incluso, es habitual que el navegador no tenga informaciones de nuevas carreteras, desvíos, glorietas, etc….( con el “plan E” no digamos). Y eso lleva a despistes que conviene solucionar con las opciones que el conductor vea más viable en cada momento en función de las circunstancias de la vía y su señalización, especialmente la provisional.
Resumiendo, siempre tiene que ser el conductor el que domine la situación.
V E N T A J A S:
Se ahorra combustible y tiempos de trayectos.
Evita posibles despistes por no ver salidas o cambios de ruta.
Evita, normalmente, maniobras bruscas y peligrosas, al avisar de desvíos y salidas con antelación.
I N C O N V E N I E N T E S:
Si se mira en demasía la pantalla, nos distraemos del aspecto central que es la circulación.
Si se trata de manipular en marcha, dejamos de prestar la atención debida a la vía y podemos provocar el tan temido accidente.
FUENTE: Revista Tráfico y Seguridad Vial 197/2009
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