20 de septiembre de 2017 Dedicamos todo el día a hacer un par de actividades en plena naturaleza por dentro de las Gargantas del Verdon. Empezamos haciendo una corta travesía de dos horas en kayak por su tramo inicial. Y a primera hora de la tarde hicimos un tramo de la larga excursión de Blanc-Martel, que discurre por el mismo fondo de las gargantas. Después de haber recorrido el día anterior las carreteras panorámicas de las Gargantas del Verdon para contemplar sus espectaculares paisajes, en esta jornada tocaba disfrutar de alguna de las muchas actividades de turismo activo que se puede hacer por la zona. Como el día anterior habíamos visto las gargantas desde miradores lejanos, nuestra intención era recorrer las gargantas por dentro de dos formas: haciendo kayak y senderismo. Por la mañana decidimos hacer el kayaking. Hay decenas de empresas que ofrecen alquiler de embarcaciones por todo el recorrido del río Verdon, y en nuestra zona estaban emplazadas en las orilla del lago Sainte-Croix. 20 de septiembre de 2017
Dedicamos todo el día a hacer un par de actividades en plena naturaleza por dentro de las Gargantas del Verdon. Empezamos haciendo una corta travesía de dos horas en kayak por su tramo inicial. Y a primera hora de la tarde hicimos un tramo de la larga excursión de Blanc Martel, que discurre por el mismo fondo de las gargantas.
Después de haber recorrido el día anterior las carreteras panorámicas de las Gargantas del Verdon para contemplar sus espectaculares paisajes, en esta jornada tocaba disfrutar de alguna de las muchas actividades de turismo activo que se puede hacer por la zona. Como el día anterior habíamos visto las gargantas desde miradores lejanos, nuestra intención era recorrer las gargantas por dentro de dos formas: haciendo kayak y senderismo. Por la mañana decidimos hacer el kayaking. Hay decenas de empresas que ofrecen alquiler de embarcaciones por todo el recorrido del río Verdon, y en nuestra zona estaban emplazadas en las orilla del lago Sainte-Croix. Lo mas interesante es escoger alguna de las pocas empresas emplazadas en la cabecera del lago, ya que permiten navegar no solo por el lago sino por un tramo de las gargantas, una experiencia totalmente única.
Nosotros escogimos
Verdon Canoe, en la que el alquiler de 2 horas de un kayak para dos personas cuesta 25 €. Una cosa que nos gustó era que el kayak disponía de un bidón estanco para dejar los móviles a salvo y poderlos sacar para hacer alguna foto. Empezamos nuestra travesía con el kayak sobre las 10:30 h, hacía poco que habían abierto y apenas había gente en el agua. Remamos hacia la entrada de las Gargantas del Verdon y de sus altos acantilados. Una vez dentro de las gargantas la sensación era indescriptible; por mas que las habíamos visto el día anterior desde infinidad de miradores, estar navegando por el río rodeados completamente por los acantilados nos pareció impresionante. Además, la primera parte de la navegación la hicimos prácticamente solos, y con el silencio ese tipo de paisajes se disfruta mas. El río no llevaba apenas corriente, cosa que hacía muy fácil remar y avanzar. Nosotros lo hacíamos tranquilamente, para disfrutar plenamente de aquella maravilla.
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Entrada de las gargantas |
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Navegando por el río |
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Disfrutando de nuestro kayaking |
En unos tres cuartos de hora llegamos al final del tramo navegable de esa zona del río Verdon, marcado con una boya. Dimos la vuelta e iniciamos el regreso. Eran pasadas las 11 y las aguas del río se empezaban a llenar de embarcaciones. En la navegación de vuelta disfrutamos de nuevos paisajes que nos habían pasado inadvertidos al hacer la ida. Una vez que salimos de las gargantas, como nos sobraba tiempo estuvimos navegando un rato por el lago Sainte-Croix. Como sus orillas son llanas, navegar por allí no es ni mucho menos tan espectacular como hacerlo por dentro de las gargantas. Tras completar las 2 h regresamos a devolver el kayak. La experiencia nos encantó, seguramente una de las mejores de todo aquel viaje, así que la recomendamos al 100%.
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Estrechos acantilados de las gargantas |
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Navegando entre acantilados |
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Remando un poco por el lago |
Después del kayak tocaba el
senderismo. La región de las
Gargantas del Verdon está llena de posibilidades de excursionismo (se puede ver una lista
aquí). Nosotros en un principio íbamos con la idea de hacer el
Sentier du Pécheur, una popular excursión circular de unas 2-3 h que recorre un buen tramo del fondo de las gargantas. Pero la propietaria de nuestra casa de huéspedes nos avisó por la mañana que el sendero estaba cerrado, ya que éste atraviesa propiedades privadas y sus propietarios estaban cansados de ver tanta gente por sus tierras (a 2020 el sendero continua cerrado). Como alternativa nos dijo que podíamos hacer el
Sentier Blanc Martel, también muy popular pero también mas largo y duro (7 h y 900 m de desnivel en total), aunque solo fuera un tramo. Es un sendero que va desde el Chalet de la Maline (en la Route des Crêtes, donde se deja el coche) hasta el parking del Tunnel du Baou. En temporada alta hay un servicio de navettes que te lleva desde allí al punto inicial. En aquella época no vimos rastro de aquel servicio y la falta de tiempo nos terminó de convencer de hacer solo un tramo del sendero, el que va del
Tunnel du Baou hasta la
Brèche Imbert, que son 7 km de los 12 del total de la excursión, evitando el tramo de mayor desnivel.
Así que volvimos a recorrer la carretera de la Route des Gorgues que habíamos hecho el día anterior. Cuando llegamos al parking del Tunnel du Baou estaba hasta arriba de coches, pero milagrosamente logramos encontrar un hueco para dejar el nuestro. Antes de empezar a caminar compartimos un kebab que habíamos comprado al pasar por La Palud-sur-Verdon. Eran sobre las 14 h cuando empezamos a caminar por el Blanc Martel. Desde allí el río atraviesa un estrecho congosto, por lo que el sendero discurre por varios túneles mas o menos largos, en los que conviene llevar una linterna. Al salir de ellos empezamos a disfrutar de los espectaculares paisajes de las gargantas, ya que el sendero discurre muy cerca del río. Estar en el fondo de las gargantas te hacía sentir muy pequeño. Además, esta parte de las gargantas es especialmente abrupta, con escarpados acantilados a lado y lado, mucho mas impresionante que la parte donde navegamos por la mañana.
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Estrecho congosto al principio del sendero |
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Escarpados acantilados |
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Vistas cerca del Tunnel du Baou |
Un poco mas adelante el sendero asciende de altitud y se interna en un bonito bosque de caducifolios. De vez en cuando, el bosque nos dejaba ver las maravillosas vistas que nos ofrecen las gargantas. Luego vimos que el río vuelve a llegar a otro estrecho congosto; para superarlo, esta vez el sendero serpentea hacia arriba por las faldas rocosas de la montaña, con unos tramos con algo de complicación. En esta parte vimos que había un cartel que decía que a partir de allí es de sentido único, y nosotros íbamos en contra dirección. Supusimos que esta restricción debía aplicarse en temporada alta, en la que debía haber muchos mas excursionistas (aquel día no nos cruzamos con muchos), así que continuamos. En muy poco espacio se superan unos 100 m de desnivel, para volver a bajar un poco después, llegando a un escarpado saliente esculpido por un meando del río Verdon. Este nuevo obstáculo se supera ascendiendo por unas inclinadas escaleras de hierro hasta la Brèche Imbert. Arriba hay un buen mirador, pero las vistas no son muy amplias: justo enfrente se encuentran el Balcon de la Mescla, uno de los miradores donde paramos el día anterior.
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Fantásticas vistas a lo largo del Blanc Martel |
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Atravesando el bosque de caducifolios |
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Escaleras de suben a la Brèche Imbert |
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Vistas desde la Brèche Imbert |
Habíamos tardado unas 2,5 h en llegar a la Brèche Imbert. Para que no nos pillara la noche, decidimos que no continuaríamos mas allá e iniciamos el regreso. Tardamos unas 2 h en volver nuevamente al parking del Tunnel du Baou, cuando ya empezaba a atardecer. La excursión nos encantó, poder caminar por dentro de las gargantas era una experiencia que nos hacía mucha ilusión hacer y cumplió con creces nuestras expectativas. El tramo de la excursión que hicimos no nos resultó extenuante ni complicado. Aunque hay que tener en cuenta que no hicimos el tramo con mas desnivel, el que va desde el Chalet de la Maline al fondo de las gargantas (300 m desde inicio si partes desde allí). Así que si no se quieren hacer las 7 h del Blanc Martel completo, nuestra variante es una opción recomendable.
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El sendero Blanc Martel, una de las actividades más recomendables de las gargantas del Verdon |
Volvimos al alojamiento a darnos una merecida ducha y a descansar un poco. Había sido un día muy productivo, con dos actividades geniales. Para cenar volvimos a
Moustiers-Ste.-Marie, y comprobamos que todavía había menos restaurantes abiertos que el día anterior. Al final acabamos en
Le Cantine, un pequeño restaurante familiar. Pedimos cerdo especiado y
andouillette, una especie de salchicha hecha a base de tripas (intestino y estómago) de cerdo o ternera. El cerdo estaba bien, pero la salchicha de tripas no nos convenció demasiado. De postre pedimos una tabla de quesos muy buena, y los propietarios nos obsequiaron con un chupito de génépy, un licor hecho a base de artemisias. Junto con un par de copas de vino, la cena nos salió por 49,50 €.
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Nuestra cena |
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