Hoy hablaremos de uno de los pioneros de la aviación en Cuba, Domingo Rosillo del Toro nació en Oran (Argelia) en 1878, descendiente de padres españoles, su familia se instaló en La Habana y desde muy joven el mundillo de la aviación toma parte activa de su vida. En un festival de aviación que se celebró en el Hipódromo de Almendares el día 07 de Mayo de 1910 el piloto francés Andrés Bellot se eleva al cielo provocando la admiración del público entre los que se encontraba nuestro amigo, de pronto una fuerte ráfaga de viento provoca la caída del aparato, pero lejos de mermar sus ilusiones las acentúan.
Con la ayuda económica de unos buenos amigos emprendió viaje a Paris donde se inscribe en una escuela de aviación y logra su titulación de “piloto-aviador” el 22 de Octubre de 1912. Es inscrito en la Comisión Deportiva Aeronáutica con el número 974, siendo el segundo piloto cubano, ya que su antecesor Agustín Parla Orduña había obtenido la titulación seis meses antes en Miami (USA), realizando nuestro amigo su primer vuelo sobre La Habana el 31 de Marzo de 1913. Su “sed de vuelos” aumentaba por momentos y ansioso por una segunda oportunidad esta le llega cuando el Ayuntamiento de La Habana hace público las bases del “primer premio Vuelo Cayo Hueso—La Habana”, al que concurren pilotos y aviones de distintas nacionalidades, siendo uno de sus contrincantes su predecesor Parla Orduña.
Esta prueba aérea, ya había tenido otros intentos de forma individualizada, pero resultaba un tanto difícil su logro, nos encontramos en unos años sin infraestructura ni logística que permitieran abordar grandes eventos aéreos, no obstante nuestro joven piloto se entrega en cuerpo y alma pese a que fuera tachado de loco o suicida, aquel gran salto tenía que ser suyo y de cierto que lo logró, en poco mas de dos horas atraviesa el estrecho de La Florida y se presentó en La Habana con su rudimentaria avioneta Bleriot en aquel histórico día de 17 de Mayo de 1913., en que logra los 10.000 dólares de premio que concedió Curtis Cia y la noticia da la vuelta no solo a Cuba, llega a los cinco continentes.
Según los diarios de la época, al acto de homenaje a Domingo Rosillo, fue de lo mas multitudinario, la policía tuvo trabajo extra para contener a los asistentes congregados en el malecón e incluso los servicios de urgencias sanitarias se vieron colapsados ante la emoción que provocó este hecho, decían de Rosillo que era “un hombre pequeño pero de un espíritu enorme”. Como es propio por aquellos lares, fue paseado en coche descapotable por la avenida principal para ser obsequiado por sus incondicionales
Tras esta gesta da inicio a otras, emprende un recorrido por toda la isla a bordo de su avión Morane, otro de sus éxitos fue un vuelo continuado de 200 millas en el que resultó vencedor, pero ironías de la vida, el premio de 3.000 pesos de este evento nunca llegó a sus manos. Al notar que sus expectativas superaban con creces a las posibilidades que le ofrecía Cuba a finales de 1918 acepta una oferta de la Escuela de Aviación de Barcelona y vuelve a España, primero lleva a cabo funciones de instructor/profesor y posteriormente llega a ser su director. Con el estallido de la Guerra Civil en España regresa a Cuba donde aún contaba con un elevado número de admiradores que recordaban sus anteriores logros.
El 17 de Mayo de 1938 tuvo lugar el 25 aniversario de su gesta Cayo Hueso—La Habana, el Servicio de Correos de Cuba emite un sello y se le brinda la oportunidad de realizar un recorrido para rememorar este hecho a bordo de un cuatrimotor. A pesar de contar con el reconocimiento de “héroe cubano” cayó en una difícil situación económica, a tal punto de tener que sentarse en una silla de tijeras en los portales de su finca “el encanto” para vender sobre y sellos de correos por unos centavos y mostrar sus reportajes fotográficos tal cual pseudo-museo fuera. Al final de sus días mejoró un tanto su suerte, le nombraron Capitán Jefe del recién creado cuerpo de la Cruz Roja de Aviación Nacional, según informaciones de la época pasó a ser un viejo piloto feliz al mando de esta nueva institución benéfica.
El ocaso de este célebre personaje, que tanta gloria dio a Cuba llegó el día 28 de noviembre de 1957 falleciendo en su querida Habana.-
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