AMELIA EARHART
Nació el 24 de Junio de 1897 en la localidad de Atchinson – Kansas (USA), buena parte de su infancia transcurrió en el domicilio de sus abuelos maternos. Desde muy niña dada su personalidad inquieta y audaz solía tomar parte en actividades más propias de chicos, siendo uno de sus hobbies coleccionar recortes de periódicos con historias de mujeres famosas y que sobresalían protagonizando actividades reservadas a los varones. Allá por 1.908 en la feria del estado de Iowa fue cuando vio de cerca por primera vez un aeroplano y a fe que no debió de impresionarla ya que dijo del mismo “Era una cosa hecha de cables oxidados y madera, nada interesante”.
A su familia, en principio acomodada, también le llegaron sus malos momentos desde un punto de vista económico, al perder su padre el trabajo y caer en el alcoholismo. Se trasladó desde Des Moines (Iowa) a Chicago con su madre y hermana en 1914 y durante la I G.M. se enroló como enfermera en una unidad de sanidad del ejército canadiense; en 1920 se reúne de nuevo con la familia en California y es allí al asistir a su segundo festival aéreo en Long Beach cuando queda prendada por el mundillo de la aviación, tanto es así que logró subir a un biplano y durante diez minutos vuelan sobre Los Ángeles, al llegar a tierra cambió por completo su mentalidad, comentando “Tan pronto como despegamos yo sabía que tendría que volar de ahora en adelante”.
Se incorpora a las actividades aéreas y recibe clases de vuelo de Anita Neta Snook, otra aviadora pionera; logra adquirir un avión Kinner al que denominó “el canario” y como era normal en aquella época dada la escasa fiabilidad de los aparatos, sufre algún que otro percance de los que salió ilesa, en el mes de octubre de 1.922 consiguió su primer record de altitud al volar a 14.000 pies. Hacia 1.925 se unió a la Asociación Aeronáutica Nacional en Boston, vendía aviones Kinner, consiguió aportaciones económicas con las que construyó una pista de aviación y promovió actividades aéreas especialmente entre las féminas, su nombre comenzó a sonar y el Bostón Globe la reconoció como una de las mejores mujeres pilotos de los Estados Unidos.
El 26 de Abril de 1927 le proponen viajar como “invitada especial” y ser la primera mujer en cruzar el Atlántico, como era de esperar ella acepta y lo llevan a cabo en un trimotor Fokker F.VII al que bautizaron “friendship (amistad)” siendo su piloto Wilmer Stultz y Louis Gordon su mecánico, lo iniciaron el día 3 de Junio de 1928 en Halifax (Nueva Escocia) donde tuvieron que esperar a que el tiempo les diera un respiro, el 18 pusieron rumbo a Europa y llegaron a Berry Pourt en el sur de Gales, a pesar de que Amelia Hearhart comentó que ella era una ilusionada pasajera, la prensa solo obsequiaba a nuestra heroína; incluso por este vuelo llegó a recibir una felicitación personal del entonces presidente de su país John Calvin Coolidge.
Su fama crecía, daba conferencias y con la colaboración de George Putnam publicó el libro “20 horas y 40 minutos”, tal era la afinidad de ambos que contrajeron matrimonio en el año 1.931. Como resultado de las actividades de impulso de la aviación entre las mujeres en 1929 organizó para ellas “The Powderpuff Derby” entre los Ángeles y Cleveland. Fundó el Club de Aviadoras Femeninas 99. En 1930 fue vicepresidenta de una compañía aérea que volaba entre NewYork – Philadelphia – Washington.
Sospechando que otras féminas de la época trataban de realizar en solitario la travesía del Atlántico, ella se adelantó y el 20 de Mayo de 1932 lo lleva a cabo desde Harbour Grace a Newfoundland en Gran Bretaña en un Lockheed Vega con las modificaciones necesarias; como no era bebedora de café o té para mantenerse despierta olía sales, no aterrizó en el lugar previsto en Londonderry (Irlanda), una vez en tierra preguntó a un labrador ¿dónde estoy?, y este le informó que en el pastizal de Gallagher, a continuación le preguntó ¿viene usted de lejos señora?, a lo que ella respondió de Estados Unidos de América. Los reconocimientos ante este logro tuvieron lugar tanto en Europa como en su país, el presidente Hoover la condecoró con la medalla de oro especial de la Sociedad Nacional Geográfica, le entregaron las llaves de varias de las ciudades que visitó tras este record y el Congreso le entregó la Distinguished Flying Cross, cuestión que sucedió por primera vez a una mujer.
Su siguiente aventura fue en 1935, un vuelo a través del Pacífico desde Honolulú a Oakland, en ese mismo año realizó el primer vuelo en solitaria entre Los Ángeles y Ciudad de Méjico.
Comienza a perfilar el que sería el más importante de todos sus eventos, la vuelta al globo terráqueo desde su ecuador, el trazado de mayor distancia, este lo llevarían a cabo en un avión Lockheed Electra 10.E y le acompañaron Frederick Noorman, tripulante y perfecto conocedor del Océano Pacífico y otros dos tripulantes mas para funciones técnicas, el vuelo dio comienzo el 21 de Mayo de 1.937, previamente en el avión se habían realizado un sin fin de modificaciones, había que reemplazar asientos y otros elementos para transformar este espacio en depósito de combustible. Su primera etapa fue de Oakland (California) a Miami, el 1º de Junio salieron a San Juan de Puerto Rico y Natal (Brasil), después cruzan el Océano Atlántico hasta Dakar y vuelan por todo el ecuador africano internándose en Asia por las ciudades de Karachi y Calcuta, cruzan a Bangkok y Singapur, pasan a Australia y se detienen en Laé (Nueva Guinea) ya es el 30 de Junio, tan solo les queda atravesar el Pacífico para llegar a su meta final en Oakland, este último recorrido lo pretenden en tres etapas Lae-Howland, Howland-Honolulú y Honolulú-Oakland (California), a los 35.000 kilómetros ya recorridos tan solo les queda sumar otros 11.000 a través del Pacífico.
Sin embargo, jamás llegaron al destino, se perdieron en la inmensidad del océano y fin. Amelia Earhart quedó desde ese instante convertida en leyenda y es aquí donde comienzan algunas especulaciones a veces desmentidas y otras afirmadas.
Recordareis que decíamos poco antes que en este avión se habían realizado múltiples modificaciones, algunas debieron ser la instalación de cámaras fotográficas de alta tecnología con las que realizar reportaje de la base japonesa de Truck a la que debieron aproximarse con una leve desviación de su ruta prevista.
Nada más tenerse constancia de la perdida de este avión y sus tripulantes el gobierno norteamericano puso en marcha un dispositivo para su recuperación, tal fue la entidad de esta operación que incluso en el Senado estadounidense recriminaron al gobierno USA tamaño despropósito, pusieron en tela de juicio semejante movimiento de barcos y aviones para la recuperación de esta aeronave, se preguntaban ¿si hubiese sido un honesto pescador con familia al que se le hunde el barco hubieseis actuado de igual modo?, con lo que el “San Benito” de que Amelia en este caso actuaba como espía para su gobierno tomó cuerpo en su totalidad, desconociéndose finalmente si fue un desgraciado accidente lo que ocurrió o por el contrario fueron a caer en manos del ejército nipón, ni lo sabemos ni se sabrá, el tiempo pasa, los silencios crecen y parece como si al expediente de este viaje le hubieran colocado la etiqueta de “Top Secret”
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