Por Greciano
Nacido el 9 de Diciembre de 1905 en Ramos de Arizpe, en el condado de Coahuila, fue el cuarto de seis hermanos, provenía de una familia acomodada, su padre Sebastián Carranza era un importante hombre de negocios a la vez que Oficial del Gobierno mejicano, llegando a ser el contador del Consulado de Méjico en New York.
Su familia ante la conflictiva situación política de su país que desembocó en la revolución mejicana, se trasladó al vecino estado de San Antonio (Tejas) en 1911. Desde muy joven nuestro amigo mostraba un alto interés por el mundillo de la aviación, desde su vuelta a Méjico en 1017, aprovechando que un familiar era el director de la Escuela Militar de Aviación de Balbuena visitaba con frecuencia tanto dicha Escuela como los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas, donde acosaba a preguntas sobre temas aeronáuticos a los profesionales que se encontraba en las instalaciones. Trabó mucha amistad con D. Juan Guillermo Villasana, un distinguido ingeniero y profesor de la Escuela Militar de Aviación que a la postre se convirtió en su biógrafo.
El 14 de Enero de 1926 cuanto contaba con tan solo 21 años de edad obtuvo el título de Teniente Piloto de la Fuerza Aérea Mejicana y sus hermanos Sebastian y José se graduaron como mecánicos de aviación. Durante su estancia en la Escuela Militar de Aviación acreditó grandes dotes académicas, En uno de los exámenes de aerodinámica le preguntaron por seis de los 120 valores de la tabla de presión barométrica, presión relativa y temperatura relativa a diferentes altitudes, en su hoja de respuesta escribió los 120 valores sin ningún error. Esto llevó a los profesores a pensar que había “copiado”, fue requerido a dar explicaciones, se trasladó con los profesores a un aula y sobre la pizarra volvió a escribir sin error alguno toda la tabla y ante tal evidencia el profesorado no tuvo otra opción que calificarle con excelencia.
Siempre intentaba ir a mas, su sueño más repetido era hacer grandes travesías aéreas, para lograr sus metas consiguió ayuda económica de un grupo de amigos y adquirió el 20 de Junio de 1926 un avión biplano Lincoln Standard, que podríamos considerarlo el mejor de la época, en su traslado desde Chicago a Méjico efectúa un vuelo de 3.500 millas con el itinerario Chicago, Moline, St. Joseph, Kansas City, Wichita, Oklahoma City, Fort Worth, San Antonio, Laredo, Monterrey San Luis de Potosí y Finalmente Ciudad de Méjico.
Su familia ante la conflictiva situación política de su país que desembocó en la revolución mejicana, se trasladó al vecino estado de San Antonio (Tejas) en 1911. Desde muy joven nuestro amigo mostraba un alto interés por el mundillo de la aviación, desde su vuelta a Méjico en 1017, aprovechando que un familiar era el director de la Escuela Militar de Aviación de Balbuena visitaba con frecuencia tanto dicha Escuela como los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas, donde acosaba a preguntas sobre temas aeronáuticos a los profesionales que se encontraba en las instalaciones. Trabó mucha amistad con D. Juan Guillermo Villasana, un distinguido ingeniero y profesor de la Escuela Militar de Aviación que a la postre se convirtió en su biógrafo.
El 14 de Enero de 1926 cuanto contaba con tan solo 21 años de edad obtuvo el título de Teniente Piloto de la Fuerza Aérea Mejicana y sus hermanos Sebastian y José se graduaron como mecánicos de aviación. Durante su estancia en la Escuela Militar de Aviación acreditó grandes dotes académicas, En uno de los exámenes de aerodinámica le preguntaron por seis de los 120 valores de la tabla de presión barométrica, presión relativa y temperatura relativa a diferentes altitudes, en su hoja de respuesta escribió los 120 valores sin ningún error. Esto llevó a los profesores a pensar que había “copiado”, fue requerido a dar explicaciones, se trasladó con los profesores a un aula y sobre la pizarra volvió a escribir sin error alguno toda la tabla y ante tal evidencia el profesorado no tuvo otra opción que calificarle con excelencia.
Siempre intentaba ir a mas, su sueño más repetido era hacer grandes travesías aéreas, para lograr sus metas consiguió ayuda económica de un grupo de amigos y adquirió el 20 de Junio de 1926 un avión biplano Lincoln Standard, que podríamos considerarlo el mejor de la época, en su traslado desde Chicago a Méjico efectúa un vuelo de 3.500 millas con el itinerario Chicago, Moline, St. Joseph, Kansas City, Wichita, Oklahoma City, Fort Worth, San Antonio, Laredo, Monterrey San Luis de Potosí y Finalmente Ciudad de Méjico.
En el mes de Octubre de 1926 fue enviado a Sonora donde participa como Oficial Aviador en sofocar la rebelión de los indios Yaquis, a la finalización de esta contienda le ascienden a Capitán.
Por aquellos años retoma un nuevo impulso la industria aeronáutica mejicana y como fruto de este esfuerzo nace el avión monomotor Quetzalcoatl, más popularmente llamado “Tololoche” por estar fabricado totalmente en madera. Fue precisamente con ese modelo con el que el 02 de Septiembre de 1027 realizó un vuelo sin escalas de 10 horas y 48 minutos entre las ciudades de Juárez y Méjico, el más largo realizado hasta entonces por un piloto mejicano.
En Enero de 1928 pasó por el altar y contrajo matrimonio con la joven de Sonora, María Luisa Corbala.
El 24 y 25 de Mayo de 1928, logra otro de sus records al realizar un vuelo de 3.000 kilómetros entre San Diego (California) y Ciudad de Méjico, en solitario y sin escalas, empleando en ello 18 horas y 30 minutos, con este evento adquiere la condición de “héroe nacional”.
En el verano de 1928 fue seleccionado para realizar un vuelo de “promoción de la paz y buena voluntad” entre Méjico y Estados Unidos, efectuándolo desde Méjico DF a Washington DC y posteriormente a New York, en respuesta al que años atrás había realizado su amigo Charles Lindbergh con el mismo objetivo. A la llegada a la capital norteamericana fue recibido con los honores de jefe de estado. A su regreso de este vuelo el 12 de Julio al intentar atravesar una tormenta sufrió un accidente en el bosque “Pine Barrens” de New Jersey, se estrelló y falleció, recuperando su cuerpo los servicios de rescate al día siguiente. Un monumento ubicado en el citado bosque señala el punto donde falleció nuestro amigo Carranza y todos los años es recordado por miembros de la Legión Americana. Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres en Méjico DF y anualmente el gobierno mejicano entrega a las personas que se han distinguido por sus actividades aeronáuticas la “medalla Emilio Carranza”, como premio y recuerdo a tan insigne persona.
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